a. Reseña histórica de la dioxina
A comienzos de los años 40, los investigadores aíslan la hormona que controla el crecimiento de las plantas, a partir de la cual reproducen la molécula de forma sintética. Observan que esta hormona artificial inyectada en dosis bajas estimula el desarrollo vegetal y que en dosis altas provoca la muerte de la planta. Sin embargo, la síntesis de esta hormona artificial libera productos tóxicos derivados, entre ellos se encuentra la dioxina TCDD, el derivado más tóxico para el ser humano y el medio ambiente.
Monsanto utilizará este descubrimiento para crear su herbicida, el «Agente Naranja», utilizado por el ejército estadounidense entre 1961 y 1971 para la defoliación de la selva vietnamita durante la guerra.
Desgraciadamente, esta molécula tóxica se hizo célebre el 10 de julio de 1976, tras el acontecimiento en Italia que quedó registrado en la historia como el «Desastre de Seveso». Ante la magnitud de la catástrofe, los responsables de la empresa Hoffmann-La Roche se vieron obligados a revelar el agente responsable: se trataba de la dioxina, un producto derivado de la fabricación del herbicida 2,4,5-T, un agente químico también fabricado por Monsanto. Hasta esa fecha era poco conocido por el público en general y seguía siendo un «secreto de laboratorio».
b. Definición científica de la dioxina y de sus efectos
La dioxina es una sustancia tóxica producida durante el proceso de fabricación de determinados compuestos químicos clorados (como los PCB) o de su combustión a altas temperaturas. El término de «dioxina» abarca una familia de 210 sustancias similares (como en el caso de los PCB, se habla de «congéneres»). La molécula más tóxica es la «tetraclorodibenzo-p-dioxina» o «2,3,7,8-TCDD», conocida como TCDD.
La dioxina, como los PCB, se deposita en el tejido graso animal, y puede contaminar el cuerpo humano a través de la cadena alimenticia. Se trata de una molécula bioacumulable, es decir, que no se degrada al pasar de un organismo vivo a otro. Por lo tanto, el hombre, situado al final de la cadena alimenticia, corre el mayor riesgo de ingerir una concentración elevada de dioxina. Ésta última, al igual que los PCB, puede contaminar a los lactantes a través de la leche materna o por transferencia directa a través de la placenta durante el embarazo.
Por último, la dioxina TCDD es un carcinógeno reconocido para el hombre según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Sin embargo, se conocen muchas otras dioxinas que pueden provocar malformaciones graves del embrión y una disminución de la fertilidad así como trastornos endocrinos u hormonales. En el ámbito científico, se dice que la dioxina es teratogénica. Dicho término designa la generación de malformaciones. Derivada del griego, esta palabra significa, literalmente, «creador de monstruos».
c. Los peligros de la dioxina y sus efectos sobre el ser humano
Se han podido observar los potentes efectos de la dioxina TCDD tras los accidentes industriales que contaminaron a varios trabajadores que se expusieron a este producto. En 1948, Monsanto abrió una planta de producción de 2,4,5-T en Nitro, Virginia Occidental, Estados Unidos. El 8 de marzo de 1949, una fuga en el proceso de fabricación provocó una explosión que liberó un material desconocido que se escapó en forma de nube. En los días y semanas siguientes, los trabajadores expuestos a altas dosis de dioxina TCDD presentaron síntomas de náuseas, dolores de cabeza persistentes y una erupción cutánea virulenta conocida más tarde con el nombre de cloracné.
Monsanto solicitó entonces un informe médico interno sobre el estado de salud de sus trabajadores. El informe se presentó el 5 de diciembre de 1949 y confirmó la contaminación de los trabajadores con dioxina. No fue hasta los años 80 cuando este estudio se reveló al público durante el juicio «Kemner vs Monsanto». Adjunto a este expediente se pueden ver fotografías de los trabajadores afectados por el cloracné, personas cuyos rostros están desfigurados con grietas y pústulas, y que presentan quistes purulentos en el cuerpo.
Por último, un estudio realizado por el Dr. Suskind, y que data de 1950, trata el caso de seis trabajadores particularmente afectados tras el accidente de Nitro. Dicho estudio revela que, un año después del accidente, los trabajadores padecen aún no sólo de cloracné, pero también de trastornos de las vías respiratorias, del sistema nervioso central, de los tejidos hepáticos así como de impotencia sexual. Veintitrés años más tarde, el mismo doctor realizó un último estudio sobre el caso de Nitro, donde señala que, de los 36 trabajadores contaminados por la TCDD, 13 fallecieron a una edad promedio de 54 años. [1]
[1] «Le monde selon Monsanto», coedición La Découverte/Arte ed., 2008, p. 51.
Artículo original: http://www.combat-monsanto.org/spip.php?article10
Traductor: Enrique Díaz Santana
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