Nuevas investigaciones sugieren que los niños en escuelas norteamericanas son cada vez menos creativos.
Publicado el 17 de septiembre 2012 por Peter Gray en Freedom to Learn
Si hay algo que hace sentir orgullosos a los norteamericanos esto es su creatividad. “El ingenio norteamericano” se admira en cualquier lugar del mundo. No seremos el país más rico (al menos no si se mide por menor porcentaje de pobreza), ni el más sano (bastante lejos de ello); tampoco somos el país cuyos estudiantes obtienen los mejores resultados en las evaluaciones estandarizadas (a pesar de los equivocados intentos de nuestros gobernantes de lograrlo), pero sí somos el que tiene más inventiva. Somos grandes innovadores, especialistas en descubrir nuevas maneras de hacer las cosas y nuevas cosas para hacer, quizás a causa de nuestra historia expansionista o de nuestra forma de democracia única en el mundo, que da especial importancia a la libertad individual y al respeto a la diversidad. Tanto en el mundo de los negocios como en el académico, artístico o cualquier otro, la creatividad es el recurso más importante: en la última encuesta realizada por IBM (International Business Machine Corporation), 1500 directivos reconocieron este hecho al señalar que la creatividad era el mejor indicador de éxito futuro.[1]
Por ello, la última investigación de Kyung Hee Kim da lugar a la reflexión: en ella se registra una continua disminución en la creatividad de los niños norteamericanos durante las últimas dos a tres décadas.[2]
Kim, una profesora de educación en el Colegio de William y Mary, analizó los resultados de una gran cantidad de muestras reglamentarias de mediciones de creatividad —llamadas Pruebas de Pensamiento Creativo Torrance (Torrance Test of Creativity en inglés, cuya sigla es TTCT)— realizadas por niños desde jardín de infantes hasta el último año escolar. Según los estudios de Kim, los resultados de estas evaluaciones, cualquiera que fuese la edad, comenzaron a disminuir entre 1984 y 1990, siguiendo en baja hasta el día de hoy. Estadísticamente, esta caída en las puntuaciones es muy grande y significativa: según Kim, esto indica que “los niños son cada vez menos capaces de expresar emociones, de conectar conceptos sin relación aparente y de ver las cosas desde diferentes ángulos; tienen menos energía y menos habilidad de síntesis; hablan menos; poseen menos sentido del humor; y son menos imaginativos, menos apasionados, menos vivaces y menos perceptivos.”
Según la investigación de Kim, han bajado las puntuaciones referidas a todos los rasgos de la creatividad, pero el que más ha disminuido es el de la llamada «Elaboración Creativa», que evalúa la capacidad de tomar una idea determinada y desarrollarla de una manera novedosa e interesante. Entre 1984 y 2008, la puntuación promedia en este punto, teniendo en cuenta a niños de todas las edades, cayó más de lo que se consideraría una baja estándar: esto significa que más del 85% de los estudiantes en 2008 obtuvo un resultado menor en este punto que un niño promedio en 1984. Aterrador.
Deben estar preguntándose cómo puede evaluarse la creatividad. Por definición, cualquier examen con preguntas que tienen una sola respuesta correcta o una única manera de resolverlos no es una evaluación de creatividad. Las Pruebas Torrance fueron diseñadas por E. Paul Torrance en los años cincuenta cuando era profesor de educación en la Universidad de Minnesota. Tras la crisis Sputnik, el gobierno de Estados Unidos se preocupó por identificar y alentar el talento entre los estudiantes americanos para poder competir con los rusos (ya que equivocadamente creyeron que estaban por delante en lo que respecta a innovaciones científicas).
Mientras la mayoría de sus colegas se focalizaba en mediciones estándar de inteligencia como método a seguir, Torrace eligió centrarse en la creatividad. Su anterior trabajo con pilotos de guerra de las Fuerzas Aéreas lo había convencido de que la creatividad era la variable principal detrás del logro personal y de la capacidad para adaptarse a situaciones poco usuales. [3] Fue entonces cuando comenzó a desarrollar una prueba que presentaba distintos tipos de estímulos y requería que la persona hiciera algo novedoso e interesante con ellos, es decir, algo creativo: esto dio como resultado las pruebas que hoy llevan su nombre. La más usada presenta estímulos en forma de dibujos, que pueden ser garabatos, líneas paralelas o círculos, y la tarea consiste en seguir el dibujo ya sea a partir de él o incorporándolo en algo mayor. Estos dibujos se evalúan de acuerdo a lo originales, significativos o graciosos que son.
La muestra más clara para evidenciar que las Pruebas Torrance realmente son capaces de medir el potencial creativo de una persona la provee un estudio longitudinal que demuestra de manera contundente una correlación estadística entre los puntajes que se obtienen en el TTCT y los logros posteriores en la vida real. [4] Los autores de un artículo sobre este tema explicaron que aquellos estudiantes que habían logrado puntuaciones más altas “tenían más relación con la lectura, espectáculos de danza, programas de radio, exhibiciones de arte, programas de software, campañas de publicidad, innovaciones en hardware, composiciones musicales, políticas públicas (planeadas o implementadas), posiciones de liderazgo, conferencias y diseño civil” que aquellos que habían obtenido resultados bajos. [5]
El TTCT verdaderamente pareciera ser el mejor indicador de éxito que jamás se haya inventado, mejor que las notas escolares o los test de inteligencia. [6] El coeficiente de correlación entre puntuaciones altas en el TTCT y los logros creativos en la vida real adulta, varían desde lo más bajo (0,25) hasta lo más alto (0,60), dependiendo de qué exámenes se incluyan y cómo se evalúe el éxito creativo del adulto. [6]
Por todo ello, la caída en los resultados de los estudiantes en los TTCT pareciera ser realmente una razón para preocuparse. Kim lo llama la “crisis de la creatividad”, termino que también encontramos en otros artículos publicados en reconocidas revistas.
Sorpresa, sorpresa: durante varias décadas nuestra sociedad ha estado coartando la libertad de nuestros niños hasta límites increíbles y ahora nos sorprende que su creatividad disminuya.
La creatividad se alienta con libertad y no con continua vigilancia, evaluaciones, directividad y presión para dar forma a las vidas restrigidas de los niños de hoy en día. En el mundo real, pocas preguntas tienen una única respuesta correcta, pocos problemas tienen una única manera de solucionarse. Por todo ello, la creatividad es fundamental para triunfar en la vida. Sin embargo, los niños se ven cada vez más obligados a formar parte de un sistema educativo que presupone que sólo existe una respuesta correcta para cada pregunta y sólo una solución a cada problema, un sistema que castiga a los niños (y a los docentes también) por atreverse a buscar otros caminos. Como expliqué en un ensayo anterior, también privamos a nuestros hijos de tiempo libre fuera de la escuela para que jueguen, exploren, se aburran, superen el aburrimiento, fracasen, superen el fracaso: es decir, para poder vivir todo aquello que necesitan experimentar si quieren desarrollar su potencial creativo.
En próximos ensayos de esta serie presentaré una investigación que proporcionará pruebas de que la creatividad realmente florece en la tierra de la libertad y muere en manos de los padres y docentes sobreprotectores y exageradamente mandones y juiciosos.
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Referencias
[1] IBM 2010 Global CEO Study: Creativity Selected as Most Crucial Factor for Future Success. http://www-03.ibm.com/press/us/en/pressrelease/31670.wss.
[2] Kyung Hee Kim (2011). The creativity crisis: The decrease in creative thinking scores on the Torrance Tests of Creative Thinking. Creativity Research Journal, 23, 285-295.
[3] Garnett Millar, Christine Dahl, and John Kauffman (2011). Testing the whole Mind—educating the whole child.” Illinois Association for Gifted Children Journal, Spring, 2011 issue.
[4] Mark A. Runco, Garnet Millar, Selcuk Acar, & Bonnie Cramond (2010) Torrance tests of creative thinking as predictors of personal and public achievement: A fifty-year follow-up. Creativity Research Journal, 22, 361-368.
[5] Mo Bronson & Ashley Merryman (2010). The creativity crisis. The Daily Beast, July 10, 2010. The Daily Beast, July 10, 2010. http://www.thedailybeast.com/newsweek/2010/07/10/the-creativity-crisis.html.
[6] See: Mark A. Runco, Garnet Millar, Selcuk Acar, & Bonnie Cramond (2010) Torrance tests of creative thinking as predictors of personal and public achievement: A fifty-year follow-up. Creativity Research Journal, 22, 361-368. Also: Kyung Hee Kim (2008). Meta-analysis of the relationship of creative achievement to both IQ and divergent thinking scores. Journal of Creative Behavior, 42, 106-130.
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Peter Gray, doctor, profesor investigador en Boston College, y autor del libro recién publicado Free to Learn (Basic Books) y Pyschology (un libro de texto, ahora en su sexta edición).
Otros artículos de Peter Gray en inglés:
www.psychologytoday.com/blog/freedom-learn
Libro en inglés «Free to Learn»:
www.freetolearnbook.com
Artículo original en inglés: http://www.psychologytoday.com/blog/freedom-learn/201209/children-s-freedom-has-declined-so-has-their-creativity
Traducción del inglés al castellano por Anahí Zitare. Revisión por Adrián Pérez Montes.
[…] capacidad de sorprender, de hacer cosas que nadie espera, de ser creativos y pensar diferente es algo de lo que nos alejamos según nos acostumbramos a hacer siempre las […]